TENGO MIEDO, SEÑOR
A que tu barca, la barca de tu Iglesia,
me lleva a horizontes desconocidos.
A que, tu Palabra, veraz y nítida,
deje al descubierto el “pedro”
que habita en mis entrañas.
TENGO MIEDO, SEÑOR
De caminar sobre las aguas de la fe.
De nadar contracorriente.
De mirarte y estremecerme.
De hundirme en mis miserias
y en mis tribulaciones,
en mi falta de confianza,
y… de mis exigencias contigo.
TENGO MIEDO, SEÑOR
De que me vean avanzando
en medio de las olas del mundo,
con las velas desplegadas de la fe.
Que me divisen, de cerca o de lejos,
navegando en dirección hacia Ti
TENGO MIEDO, SEÑOR
De que, en las dificultades,
no respondas como yo quisiera.
Que, en las tormentas,
no me rescates a tiempo.
Que, en la lluvia torrencial,
no acudas en mi socorro.
Por eso, porque tengo miedo, Señor,
mírame de frente, de costado y de lado,
para que, en mis temores,
Tú seas el Señor,
el Señor que venga en mi rescate.
Amén.
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