En aquel tiempo,
Jesús dijo a sus discípulos: “Si tu hermano comete un pecado, ve y amonéstalo a
solas. Si te escucha, habrás salvado a tu hermano. Si no te hace caso, hazte
acompañar de una o dos personas, para que todo lo que se diga conste por boca
de dos o tres testigos. Pero si ni así te hace caso, díselo a la comunidad; y
si ni a la comunidad le hace caso, apártate de él como de un pagano o de un
publicano.
Yo les aseguro
que todo lo que aten en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que
desaten en la tierra quedará desatado en el cielo.
Yo les aseguro
también, que si dos de ustedes se ponen de acuerdo para pedir algo, sea lo que
fuere, mi Padre celestial se lo concederá; pues donde dos o tres se reúnen en
mi nombre, ahí estoy yo en medio de ellos”. Palabra
del Señor.
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