Querido joven:
Si estás pasando por un mal momento, Dios está contigo. Si
necesitas un milagro, Dios está contigo. Él siempre está ahí. No lo dudes. No
lo sientas como un Dios lejano o justiciero, porque lo que Él realmente quiere
ser para ti es un Dios cercano, un Dios amigo. Él quiere compartirlo todo
contigo. Platícale todo lo que sientas. Comparte con él tus alegrías, tus
triunfos, tus dudas, tus miedos, tus temores y todo lo que estés viviendo. Paz
y bien!
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